viernes, 8 de junio de 2007

Caperucita Roja

Erase una vez una niña muy bonita. Su madre le había hecho una capa roja y la niña la llevaba tan a menudo que todo el mundo la llamaba Caperucita Roja.

Un día , su madre le pidió que llevase unos pasteles a su abuelita que vivía al otro lado del bosque , recomendándole que no se entretuviese en el camino , porque cruzar el bosque era muy peligroso , ya que siempre estaba acechando por allí el lobo.

Caperucita Roja recogió la cesta con los pasteles y se puso en camino. La niña tenia que atravesar el bosque para llegar a casa de la Abuelita , pero no tenia miedo porque allí siempre se encontraba con muchos amigos: los pájaros, las ardillas...
De repente vio al lobo , que era enorme , delante de ella.
- ¿A donde vas , niña? - le pregunto el lobo con su voz ronca.
- A casa de mi Abuelita - dijo Caperucita.
- No esta lejos - pensó el lobo para si, dándose media vuelta.
Caperucita puso su cesta en la hierba y se entretuvo cogiendo flores: - El lobo se ha ido-pensó- , no tengo nada que temer. La abuelita se pondrá muy contenta cuando la lleve un hermoso ramo de flores además de los pasteles.

Mientras , el lobo se fue a casa de la Abuelita , llamo suavemente a la puerta y la abuelita le abrió pensando que era su nieta Caperucita. Un cazador que pasaba por allí había observado la llegada del lobo.

El lobo devoro a la Abuelita y se puso su gorro rosa se metió en la cama y cerro los ojos. No tuvo que esperar mucho , ya que Caperucita Roja llego enseguida , toda muy contenta.

La niña se acerco a la cama y vio que su abuela estaba muy cambiada.
- Abuelita , abuelita , ¡que ojos mas grandes tienes!
- Son para verte mejor- dijo el lobo tratando de imitar la voz de la abuela.
- Abuelita , abuelita , ¡que orejas mas grandes tienes!
- Son para oírte mejor- siguió diciendo el lobo.
- Abuelita , abuelita , ¡que dientes mas grandes tienes!
- Son para...¡comerte mejoooor!- y diciendo esto, el lobo malvado se abalanzó sobre Caperucita y la devoro al igual que había hecho con la abuelita.

Mientras tanto, el cazador se había quedado preocupado y creyendo adivinar las malas intenciones del lobo, decidió echar un vistazo a ver si todo iba bien en la casa de la Abuelita. Pidió ayuda a un segador y los dos juntos llegaron al lugar.
Vieron la puerta de la casa abierta y al lobo tumbado en la cama, dormido de tan harto que estaba.

El cazador saco su cuchillo y rajo el vientre del lobo. La Abuelita y Caperucita estaban allí, ¡vivas!.

Para castigar al malvado lobo , el cazador le lleno el vientre de piedras y luego lo volvió a cerrar. Cuando el lobo despertó de su pesado sueño, sintió muchísima sed y se dirigió a un estanque próximo para beber. Como las piedras pesaban mucho, cayó en el estanque de cabeza y se ahogo.

En cuanto a Caperucita y su abuela, no sufrieron mas que un gran susto, pero Caperucita Roja había aprendido la lección. Prometió a su Abuelita no hablar con ningún desconocido que se encontrara en su camino. De ahora en adelante , seguiría los consejos de su Abuelita y de su Mama.

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